Las huellas de la Guerra Civil en Alicante

Impactos de metralla de la Guerra Civil en la verja de la Casa de Máquinas de Alicante.
Las guerras siempre sangrientas, vengativas y traumáticas en ocasiones nos hacen olvidar. Más aún si lo que viene después de su anhelado fin son años y años de una larga travesía por la institucionalización del odio. El cometido de las generaciones supervivientes es dejar a un lado las ideologías, las venganzas y los ofuscamientos y ser capaces de ver el pasado como historia, la historia como patrimonio y el patrimonio como valor social.
El 25 de julio de 1938 la ciudad de Alicante, despreciada por la ejecución de José Antonio Primo de Rivera, sufrió el bombardeo más cruento y asesino de toda la Guerra Civil Española: “el bombardeo del Mercado Central”, como lo nombran los que ahora lo nombran. A media mañana de ese fatídico día la principal plaza comercial de la ciudad recibía la brusca caída de más de 90 bombas lanzadas por los fascistas italianos que apoyando al bando nacional contribuían a una guerra fratricida. No sonaron las alarmas -a las que estaban tristemente acostumbrados los alicantinos-, nadie corrió hacia los numerosos refugios antiaéreos que había por toda la ciudad, al contrario, intentando llevar una vida de normalidad en una costa valenciana acosada por los ataques aéreos, la población llenaba un Mercado Central que en hora punta rebosaba de mujeres y niños. Sólo se oyó algún “bombes!” cuando ya estaban cayendo. El resultado: más de 300 victimas civiles y la conmoción de media Europa. El suceso traumatizó y el Franquismo se encargó de enterrar bien la memoria, que no a las victimas.
Mercado Central de Alicante en la actualidad.
Las guerras son guerras. El pasado pasado está. Las heridas no se abren. Hay todo un abanico de excusas para los que prefieren fingir y vivir eternamente en una amnesia colectiva que nos ensombrece como sociedad avanzada. La realidad es que las guerras también son patrimonio de todos y deben ser recuperadas e interpretadas para que sean digeridas y superadas.
Alicante fue escenario de ese cruento episodio y de algunos más y en ella han permanecido huellas y vestigios de un protagonismo inevitable. En Alicante, el 1 de abril de 1939, acabó la guerra. Y ahí intentaron más de 10.000 republicanos refugiarse en el puerto, en busca de un barco que se atreviera a saltarse el bloqueo franquista antes de que las tropas italianas avanzaran por la Explanada de la ciudad.
Tropas italianas de la División Littorio cercando el puerto de Alicante.
Pero hubo un capitán que no temió al bloqueo. Hubo un barco que decidió que la vida de una persona, no importa de que bando, merece la pena el riesgo. El capital Archibald Dickson, de origen galés, se encontraba el 28 de marzo de 1939 en el puerto de Alicante donde llegó con la intención de cargar naranjas y azafrán para su comercio, pero aquel puerto ya no tenía nada que ofrecer. A cambio encontró el muelle repleto de caras desesperadas. El propio Dickson relata la razón que le llevó a jugarse su honra y su vida:

«Debido al gran número de refugiados me encontraba en un dilema sobre mi propia postura, ya que mis instrucciones eran que no debía tomar refugiados a menos de que estuviesen realmente necesitados. No obstante, después de ver la condición en que se hallaban decidí desde un punto de vista humanitario aceptarlos a bordo…»

El Stanbrook zarpó al atardecer de ese 28 de marzo con 2.638 personas a bordo. Cuentan que el barco se escoró en varias ocasiones debido al peso y que ni siquiera pudieron subir la escala porque no había sitio para nada más. Zarparon rumbo a Orán, en la costa de Argelia, donde tras unas tensas negociaciones -se dice que el capitán Dickson amenazó con estrellar el barco contra el puerto si no les permitían atracar- fueron acogidos. Las autoridades francesas los higienizaron, vacunaron y alimentaron en unas pésimas condiciones y fueron internados a un campo de refugiados. Aquellos que quedaron en el puerto, aquellos que no se suicidaron sabiendo lo que se acercaba, fueron fusilados o llevados al campo de concentración de Albatera, a pocos kilómetros. 
El barco Stanbrook antes de zarpar del puerto de Alicante en 1939.
Este 1 de mayo de 2015, según el anuncio del ayuntamiento, se va a inaugurar el museo de la Guerra Civil de Alicante. El centro estará en unas antiguas naves de máquinas de principios del siglo XX que curiosamente también tienen las heridas de la metralla de las bombas en la reja que las envuelve. El recorrido se complementará accediendo a uno de los refugios antiaéreos más grandes de la ciudad, el de la Plaza de Séneca, con una capacidad para 1.500 personas. Falta saber que pasará con el resto de huellas de la contienda en la ciudad. Como por ejemplo el recorrido de trincheras, almacén y refugio circular de defensa antiaérea de la Serra Grossa que conforman los últimos vestigios de la resistencia republicana en la Guerra Civil Española. 
Naves de la Casa de Máquinas de Alicante.
Alicante, escenario del fin de la Guerra Civil y protagonista del bombardeo con mayor número de victimas de todo el conflicto es una ciudad que fue fuertemente azotada por el drama y la miseria del conflicto bélico. Ahora, por fin, da un paso para contar su historia, esperemos que le sigan muchos más.
El patrimonio, lejos de ser una concepto abstracto, es una realidad muy cercana. Poner en valor nuestro pasado material o inmaterial sirve como un inmenso bálsamo para nuestra memoria. Es útil para reflexionar, útil para reconciliarse, útil para conocernos y sobretodo útil para no volver a repetir los errores de un pasado no tan lejano.
Daniel
Martínez Ibáñez
Quiero saber más:

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Valerio Adami, la síntesis del Arte Contemporáneo

Todos conocemos los rasgos generales del cubismo y su influencia en las Vanguardias y en el Arte Contemporáneo. Muchos pensarán que el Cubismo nació, se desarrolló y murió con Picasso, Braque y Juan Gris, los grandes artistas de este movimiento rompedor en su momento. Pero hoy en día sigue estando muy vivo, más vivo que nunca. Del mismo modo, el Pop no murió con Warhol, ni el surrealismo con Dalí. Los rasgos principales del Arte Contemporáneo siguen más vivos que nunca.

Valerio Adami es un buen ejemplo. Pintor Boloñés,  adquirió un reconocido prestigio y ha expuesto en las galerías más importantes de nuestro viejo continente y del nuevo. Desde su primera muestra personal en la “Galleria del Navigo” (Milán, 1959), el artista ha desarrollado un estilo personal muy valorado por la crítica de arte, con un meditado trasfondo ideológico en sus obras.

El pintor Valerio Adami.  Foto: moreeuw.com

Hablar aquí de originalidad estilística no significa que Adami carezca de influencias: de hecho, ese estilo tan marcadamente personal que, tras las inevitables indecisiones juveniles, Adami logró conquistar desde temprana hora, y que, salvo muy leves matices diferenciales, se ha mantenido substancialmente invariable hasta hoy, es deudor, en una u otra medida, de una serie de fuentes a primera vista inconexas. A este respecto, Henri Martin ha señalado con tino la marcada huella que el Cubismo deja en la obra de Adami por el tratamiento plano de la figura, por la amalgama de varias imágenes o la yuxtaposición de varios puntos de vista diferentes y la esquematización de las líneas y los volúmenes. En él, los precursores del Cubismo siguen viviendo en cada nueva creación del artista.

Le baiser. Acrílico sobre lienzo. Foto: fieldarts.com

El Pop Art ha influido también en la obra de Adami (hasta el punto de que éste ha sido considerado por no pocos historiadores y críticos de arte como un típico artista “pop”), por cuanto el boloñés se basa en objetos banales de la experiencia cotidiana, y utiliza fórmulas y técnicas provenientes de la fotografía, del cine, de la publicidad, de los cartones animados y de los comics. De este modo, debemos señalar que la esencia de los grandes maestros del Pop como fueron Warhol, Jasper Johns o Lichtenstein , sigue de alguna manera presente hoy en día en la línea de nuestro artista. De igual modo, Adami sabe extraer del Surrealismo numerosos elementos temáticos (erotismo, mundo inconsciente) y esa reformulación de la imagen a mitad de camino entre lo real y lo onírico. Por lo demás, a todas estas influencias estilísticas, viene a sumarse, en la obra de Adami, todo un complejo sistema de aportes doctrinarios provenientes del psicoanálisis (puesta en luz de las pulsiones del inconsciente, significaciones simbólicas, texto trucado y con doble sentido, etc.) y de la lingüística (valor acordado al lenguaje en sus diversos registros, no sólo el que se evidencia bajo la forma de código explícito y universal, sino también, y sobre todo, el que se agazapa tras un código analógico y sobredeterminado).

Capriccio. Acrílico sobre lienzo. Foto: Boccamuseum.org

Es precisamente esta síntesis lo que hace tan atractiva la obra de Valerio Adami. El refinado dibujo silueteado es la base de sus composiciones, que descompone a la manera picassiana para ofrecernos una realidad alternativa, cómoda, armónica, que junto con los colores planos saturados ofrecen al espectador una verdadera experiencia sensitiva a la hora de admirar sus obras.

Desde el punto de vista formal, sus obras se apoyan en los dos pilares básicos de la pintura: la línea y el color. La verdadera singularidad es que tanto línea como color son totalmente perceptibles en su pintura, es decir, el color no tapa la línea. Pese a la diferenciación de las dos técnicas fundamentales, el conjunto gana en compenetración estricta entre las partes. Para la elaboración de sus obras, Adami parte de un pequeño dibujo a lápiz sobre papel, el cual, ampliado por medio de un retroproyector, es recopiado fielmente sobre la gigantesca tela, bajo la forma de una trama lineal de gruesas y uniformes líneas negras; sólo entonces el artista rellena los vacíos intermedios del lienzo con brillantes colores planos y homogéneos, según un esquema cromático arbitrariamente prefijado. Las composiciones así surgidas, en las que la cerrada urdimbre de líneas negras fileteadas atenaza poderosamente las rígidas piezas coloreadas, asumen de este modo una curiosa configuración de vitral o de rompecabezas de colores.

Es así como nos presenta sus obras, rotas de alguna manera, para que sea el espectador el que reconstruya en su imaginario el total de las mismas.

Reclinado bajo el sol. Acrílico sobre lienzo. Foto: picassomia.com

Sus influencias, de los grandes estilos figurativos del siglo XX, junto con la opción de que el espectador sea partícipe de la obra, hacen de la obra de  Valerio Adami  una perfecta síntesis de la Historia del Arte Contemporáneo.

José Rubio Rodríguez.

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Tengo curiosidad:

Biografía de Valerio Adami.

Exposición en Valencia sobre Valerio Adami. 

Valerio Adami en la Galería Giampiero Biasutti de Turín.  (en italiano)

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Misterios de Sardegna: Los Nuraghi

En el mundo existen diversas construcciones megalíticas llenas de misterio, como son las figuras de la Isla de Pascua o Stonehenge. En Sardegna, isla llena de tradiciones e increíbles paisajes, nos encontramos con los Nuraghe, menos conocidos pero no por ello menos importantes.


Nuraghe Succuronis (Foto: Google)


Este tipo de construcción se encuentra expandido por todo el territorio. Se trata de torres circulares que van de los diez a los veinte metros de altura y su circunferencia varía de los ocho a los doce metros de diámetro.  Es una construcción ciclópica en la cual los pesos se van repartiendo dando así consistencia al nuraghe; donde se han usado grandes piedras, las cuales pueden alcanzar varias toneladas, colocadas en hilera y que se sustentan por el propio peso sin ningún tipo de argamasa; por lo que es una estructura sin cimentación. La torre se va estrechando a medida que sube en altura, tomando así una especie de forma tronco-cónica.
Los primeros nuraghi son torres aisladas de un solo círculo, las cuales podían ser de dos tipos: en forma de tholos, anillos concéntricos que se van estrechando hasta crear una cúpula, o de corredor. Pero acaban evolucionando hasta crear auténticos anillos fortificados.

Nuraghe de Taccu, Volumen de las piedras (Foto:Elena Casasempere) 

Algo curioso es que tanto en Grecia como en las Islas Baleares se han encontrado edificaciones de cierta semejanza a las de Sardegna, aunque los nuraghe son símbolo de esta isla por ser la única con tal cantidad de este tipo de construcción. En la isla todavía existen más de ocho mil nuraghi cuantificados, y probablemente hubo muchos más hoy día desaparecidos. Algunos de los más antiguos han sido datados entorno al 3500 a. C.
Por tanto, forma parte de la Edad del Bronce y seguramente perduró durante tantos siglos por el hecho de encontrarse aislada, hasta la invasión del Imperio Romano en el s. II a. C. Además la cultura nurágica fue conocida por un cierto avance en el desarrollo de la metalurgia, ya que eran conocidos en muchas zonas del Mediterráneo por el bronce que producían. Se han encontrado diversas estatuillas realizadas en este material.

Estatuilla de bronce (Foto: Google)

Según el investigador Massimo Pallottino, experto en la prehistoria sarda y etruscólogo, la arquitectura producida por la civilización nurágica fue la más avanzada de todo el Mediterráneo occidental durante esa época, incluyendo las regiones de la Magna Grecia.
La función es lo que genera mayor discusión ya que es todavía hoy es un misterio. Existen muy variadas teorías, algunos creen que eran edificaciones para los nómadas por su forma circular, tal vez fortalezas de un pueblo guerrero; otros creen que eran templos en los cuales se hacía fuego en la parte superior de la torre, como una especie de veneración a los dioses, templos de culto al Sol.
Otra de las teorías nos habla de casa de gigantes, la cual aunque parezca algo completamente irracional tiene algún extraño argumento, ya que entorno a los nuraghe se han encontrado yacimientos conocidos como Tombe dei giganti, en los cuales ha sido hayado algún resto humano de grandes dimensiones. Posteriormente fueron utilizadas como tumbas para enterramientos colectivos. Se trata de otra construcción megalítica única en Europa, es una especie de cámara funeraria de gran tamaño (entre cinco y diez metros de largo y entre uno y dos de alto), de forma rectangular con un ábside de grandes piedras que crean la entrada.

 Tomba de Giganti de Coddu Vecciu (Foto Google)
La teoría más probable es que fuesen fortalezas en las que vivían las personalidades más importantes de la comunidad. Son como grandes castillos, seguramente construcciones consideradas de gran importancia dentro de la cultura sarda, el cual será probablemente uno de los motivos por los que no han sido conservadas hasta la actualidad.
En Barumini podemos encontrar el más importante de ellos, ya que no se trata de uno solo sino de un complejo nurágico, el de Su Nuraxi que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997. Este yacimiento es el más grande de toda Sardegna, fue construido en diferentes épocas históricas y se sabe que fue utilizado hasta la llegada de los romanos. Se trata de un asentamiento con una torre central rodeada de una fortaleza cuadrilobulada. Impresionante conjunto de edificaciones las cuales crean toda una villa nurágica.

Nuraghe Su Nuraxi (Foto: Google)

Interio Su Nuraxi (Foto:Google)

Los nuraghi son construcciones únicas, ubicados a lo largo de maravillosos parajes en la isla de Sardegna, que nos transportan tres mil años atrás en el tiempo, una increíble experiencia tanto paisajística como arqueológica.

Nuraghe en el bosque de Taccu (Foto: Elena Casasempere)



Elena Casasempere Dalama

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Tengo curiosidad:

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Las Raíces del Patrimonio

Desde que empecé a interesarme, estudiar e investigar  el Patrimonio siempre he leido y he escuchado que en realidad el Patrimonio que de verdad funciona es aquél que ha sido  entendido como tal por sus habitantes, que además son sus mayores protectores, propulsores y quiénes lo publicitan. Aún así, teniendo tan claro todo esto desde el mundo académico y científico , es muy complicado observar que la  protección y puesta en valor de cualquier tipología patrimonial venga impulsado por los ciudadanos,  por eso la Asociación Cultural Sánta Bárbara,  asociación con sede en Mieres del Camín (Asturias) es un ejemplo perfecto sobre el Patrimonio.  


Joaquín Castro. óleo. Fuente: Facebook


La Asociación me llamo la atención desde el primer momento que supe de su existencia gracias al programa de la TPA (televisión del Principado de Asturias) Sigue la Corriente (desde el min 37 48seg) programa que habla sobre lo que se encuentra en el recorrido de los ríos del Principado de Asturias. A su paso por el río Caudal contaron con su presencia, donde explicaron sus objetivos brevemente y yo decidí buscar información en internet y ponerme en contacto con la asociación, un poco por curiosidad pero  sin esperar respuesta ninguna, para mi sorpresa, respondieron y me invitaron a conocer in situ las actividades que desarrollan y poder charlar. Acepte sin pensarlo y durante la mañana que pasamos juntos comprendí la pasión que sienten por la minería y las ganas con las que llevan a cabo las actividades y actuaciones, ese es el Patrimonio del que siempre he oído hablar, el Patrimonio sentido, querido y protegido por sus habitantes.

Santa Bárbara asociación cultural y minera fue fundada y formada por ex-mineros con el objeto de volver a poner en valor la fiesta minera por excelencia Santa Bárbara, fiesta de origen minero concebida para todos los ciudadanos de la cuenca minera. Para ello decidieron asociarse y trabajar juntos y poco a poco fueron ampliando actividades. Comenzó siendo algo para ellos, los mineros, pero la minería es muy importante para sus habitantes, ya que forma parte de su vida, su paisaje, su cultura, su ordenación territorial y su modo de vida. Por ello la fiesta poco a poco fue cogiendo valor e importancia hasta convertirse en una fiesta ineludible para todos, en la que todos están invitados y que intenta promover y poner en valor el pasado minero e industrial del municipio, es una manera de devolver aunque sea mediante el recuerdo la minería a las cuencas.

Ejemplo cartel fiesta Santa Bárbara. Fuente

Además de los elementos puramente festivos con folclore asturiano degustaciones gastronómicas,concurso de tonadas… Desde la asociación comenzaron a trabajar la divulgación a los niños y niñas del valle de la minería, mediante una colaboración con los colegios del municipio para que sus alumnos y alumnas  conozcan su patrimonio industrial y minero realizando un certamen de redacciones de temática minera, que durante los días de la fiesta se leerán aquellas que hayan sido seleccionadas. De esta forma implican a otro sector de la población que de otra forma pude abandonar en el olvido la minería y toda la historia con ella relacionada. Otra actividad que desarrollan son unas jornadas de patrimonio minero anuales, en ellas realizan una exposición fotográfica y ponencias asociadas a la temática.Con esta acción tratan de acercar la minería, su industria y oficios a la población general, dando a conocer sus características, su funcionamiento… y todo aquello que consideren necesario u oportuno poner en valor.

Decidieron crear un grupo de arqueología industrial para la recuperación del Patrimonio Industrial de la cuenca del Caudal dentro de la asociación. Llevaron  a cabo obras de recuperación patrimonial del Socavon Rebaldana. Esta recuperación se ha realizado en sextaferia (palabra asturiana para referirse al trabajo comunal de los vecinos), y su coherencia es digna de admirar, puesto que se encuentra próxima  al Pozo Santa Bárbara declarado BIC en 2010, pozo que actualmente esta en proceso de restauración, también esta próximo a unas antiguas vías mineras reconvertidas hoy en senda verde y de camino al Pozo Espinos que alberga un centro de interpretación museística y una escombrera reconvertida en mirador. Con la decisión de recuperar el Socavón Rebaldana evidencian la coherencia que poseen sus actuaciones, además de posibilitar un discurso más completo del entorno del Pozo Santa Bárbara y de la minería en la cuenca, dando cabida a la minería horizontal mediante el vestigio del socavón. En la restauración de la entrada al socavón Rebaldana, se han servido de sus conocimientos como profesionales de la minería para reconstruir la entrada y fue un privilegio escuchar como fueron restaurando y porque motivos restauraron como se observa y  porque no pudieron seguir con la restauración hacia dentro, utilizaron técnicas y materiales que se usan realmente en las construcciones mineras, desarrollando finalmente el mejor discurso posible de las construcciones mineras que el socavón permite.

Socavón ya restaurado

Están colaborado en la restauración del Pozo Santa Bárbara con el equipo encargado de realizarlo, asesorando el proceso en función de sus conocimientos de las estructuras y el material que alli esta ubicado. Preocupados porque una vez restaurado se quede sin uso y vacío de contenido, han desarrollado un proyecto para ser usado una vez finalizadas las obras que han presentado al ayuntamiento, entidad con la que colaboran en pro del municipio, no solo cuando hablamos de Patrimonio Industrial y minería sino también en otras actividades como la organizando  la cabalgata de los Reyes Magos, construyendo las carrozas partiendo de cero,  esta labor  les lleva meses, buscan innovar cada año, haciéndose con materiales y maquinaria para este fin,  preocupados por mantener la ilusión en el municipio y dándole además su toque minero.

Carroza Cabalgata de Reyes. Fuente:Facebook
Para realizar y organizar todas estas actividades tienen una sede que hace las veces de oficina, donde se reúnen una vez al mes aproximadamente para valorar y proponer actividades nuevas o modificaciones en las mismas y organizarlas. En esta sede tiene su oficina el grupo de Arqueología Industrial, donde almacenan todo el material de las exposiciones realizadas y un almacén con diferentes materiales a los que siempre acaban encontrando un uso u otros dueños, una de sus premisas es tratar de aprovechar al máximo las cosas. Otro de sus proyectos es la creación de una biblioteca con entidad, con libros que poco a poco les va donando o van encontrando. Otro aspecto en el que están trabajando es en la creación de un archivo fotográfico histórico accesible desde su propia página web que bien merece una visita tranquila. Las últimas noticias que tengo acerca de su trabajo es que el grupo de Arqueología Industrial durante el mes de marzo 2015 comenzará a realizar en sextaferia el desbroce y limpieza de los alrededores del Pozo Santa Bárbara en el valle del Turón siguiendo la coherencia que les caracteriza cuidando así uno de sus emblemas el Pozo Santa Bárbara BIC nacional.

Me gustaría acabar explicando que la intención final de este artículo es mostrar al mundo que el Patrimonio vivido y sentido por la población existe y que además resulta muy gratificante ver la implicación que sienten hacia él. Todo un ejemplo de trabajo patrimonial coherente y  bien hecho.


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ICONOCLASIA Y VANDALISMO

      

Nazis quemando libros en 1933

Aprovechando las últimas noticias culturales, provenientes de Oriente, acaecidas la semana pasada, me gustaría hacer una pequeña reflexión a acerca de la Iconoclasia y el vandalismo a lo largo de la historia.

Para empezar creo que es necesario hacer un diferencia entre ambos términos, aunque en determinados periodos históricos se hubiesen usado casi a la par, como bien explica Dario Gamboni en su libro “la destrucción del arte”.


La iconoclasia, es la de destrucción del arte de una cultura, con intención o motivo, ya sea este político, religioso o social.  En cambio el vandalismo, que también destruye, no conlleva ningún tipo de motivación , más bien de falta de cultura e ignorancia por parte del que perpetra los actos.


Haciendo un brevísimo resumen de la destrucción del arte a lo largo de la historia, una se percata de que es una actuación mas común de lo esperado. 


El término, fue usado por primera vez en el Imperio Bizantino entre lo siglos VIII y IX d.c. para hacer alusión a los ataques perpetrados hacia la imaginería religiosa, ya que el rey bizantino León III no quería símbolos símbolos figurativos, solo abstractos, en su reino.


Con la Reforma Protestante (S . XVI d.c.) se llegó al nacimiento de las iglesias protestantes por medio de la escisión de la iglesia católico romana a lo largo de toda Europa.

 Los protestantes destruyeron muchos obras de arte sobretodo pintura y escultura, ya que eran imágenes que el pueblo podía venerar por considerarlas sagradas, cuando para ellos no dejaban de tener mas que un significado simbólico. No estaban de acuerdo, tampoco, con el lujo que la Iglesia Católica divulgaba con su arte.

Dirck van Delen 1566

Con la Revolución francesa y las dos Guerras Mundiales no se puede decir que el patrimonio se haya mantenido a salvo. Tanto los nazis como los soviéticos se jactaban de sus opositores mediante la quema de manuscritos, y el destrozo de todo tipo de obras artísticas. 

 Con la Revolución Francesa nació el término vandalismo. El gobierno en el periodo de la Ilustración divulgaba la cultura y la hacía accesible al pueblo, como método educativo para evitar que, por ignorancia, se cometiesen ataques al patrimonio. 

En las guerras, ambos bandos luchan por ganar, pero también por infundir terror y atacar la identidad de los pueblos, con la destrucción de puntos de interés importantes. 

reales
Ejército Americano y población civil iraqui tirando la estatua de Sadam en Abril de 2003



En cuanto a la actualidad creo que podemos ver las dos diferentes corrientes de la destrucción del arte. 


Por un lado la iconoclasia llevada a cabo por grupos fanáticos, ya sean sociales, políticos o sobretodo religiosos. 


Como ejemplos tenemos las recientes imágenes de los miembros del Estado Islámico  (EI) destruyendo piezas asirias del museo de Mosul. O la demolición a cañonazos de los Budas de Bamiyán por parte de los talibanes afganos en 2001, por enumerar alguna.


Buda gigante de Bamiyán, en Afganistán, destruido por los talibanes en el 2001. (AP).
Buda gigante de Bamiyán, en Afganistán, destruido por los talibanes en el 2001.FOTO:  El Nacional.com

Estas actuaciones antes las cuales todo el mundo reacciona y Oriente se convierte en el foco de la noticia, pero ¿por qué? ¿Por qué realmente importa que se destruyen obras del pasado, o pertenecientes al Patrimonio de la Humanidad, que ayudan a completar parte de nuestra historia, o por qué quienes lo hacen son los «malos de la película» y carecen de algún tipo de sensibilidad?

Desgraciadamente creo que este tipo de acciones son mucho mas comunes de lo que queremos imaginar. La publicidad o la notoriedad de algunos ejemplos, que siempre conllevan intereses políticos o económicos, hacen que la sociedad se posicione en uno de los bandos.


En cuanto a la otra vertiente, el vandalismo, desgraciadamente se puede comprobar que todavía hay  gente que continua atacando la cultura y el patrimonio sin contemplaciones. 

Sin ir más lejos la semana pasada un grupo de hooligans holandeses, decidieron tomar  Piazza Spagna en Roma, como lugar de reunión para beber unas copas causando graves  daños a la fontana della Barcaccia de Bernini, que había sido restaurada hace relativamente poco. 

Fontana della barcaccia y detalle de la rotura causada por los aficionados del C.F.Feyenoor. Foto:www.avvenire.it

Falta de conocimiento, de regularización, o simplemente de dejadez y despreocupación, por parte del Gobierno Autonómico de Galicia y de los trabajadores del Parque Arqueológico Rupestre de Campo Lameiro en Pontevedra, conllevo a que, en unas simples tareas de desbroce y limpieza del área, un tractor le pasase por encima a una piedra con un petroglífo grabado, obviamente destruyéndolo de todo.

Petroglifos del conjunto arqueológico de Campo Lameiro (Pontevedra)


Este tipo de actuaciones, que estoy segura que ocurren a diario un montón, no son tan notorias o publicitadas, por que carecen de poder manipulador de la sociedad.


Para mi que deberíamos de centrarnos mas en favorecer la cultura, integrarla en la educación desde la infancia para a evitar la ignorancia cuando uno crece. 


Aprender a cuidar los símbolos de identidad de todos lo pueblos, por que sin ellos no conoceríamos parte de nuestra historia.
Así que mas estudiar, divulgar, promover y disfrutar la cultura en todas sus vertientes y menos impedir que esta crezca.  

Aunque ya se sabe, un pueblo ignorante es mas fácil de manejar. 





Tengo curiosidad:
Estado Islámico destruye obras del Museo de Mosul

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Chris Claremont, John Byrne y la revolución mutante.

En los últimos años viene siendo una constante en los carteles de nuestros cines las películas basadas en el mundo del cómic. Especialmente han proliferado las de superhéroes y muy concretamente los protagonistas del universo de la compañía internacional Marvel, hoy propiedad de Disney. No cabe duda de que la evolución de los efectos especiales ha permitido por fin llevar a las pantallas con éxito y realismo lo que antes parecía sólo posible en papel impreso. Y al igual que en los cómics, han hecho furor en el cine dos de las estrellas de la editorial: Spiderman y los X-Men. 
                                                                        La muerte de Jean Grey-Fénix
Estos últimos, que en España fueron libremente traducidos como “La Patrulla X”, fueron creados por Stan Lee (inventor igualmente de Spiderman, los 4 Fantásticos, Hulk o Los Vengadores) con dibujos de Jack Kirby. Se trataba de un grupo de superhéroes mutantes, por supuesto norteamericanos, formado por Cíclope, La Bestia, El hombre de hielo, El Ángel y la Chica maravillosa. Todos ellos dirigidos por su mentor: Charles Xavier, también mutante y partidario de utilizar los poderes que les había dado su genética para hacer el bien y proteger a la humanidad. La serie fue perdiendo fuelle y entre finales de los sesenta y principios de los setenta era ya un auténtico fracaso, llegando prácticamente a la desaparición. Consciente Marvel de que en esa coyuntura había que renovarse o morir, en 1975 se produce un revolucionario cambio y modernización del grupo. Se crean nuevos personajes procedentes de variados países y etnias, lo cual podía atraer a un público más amplio e internacional y por otro lado convertía el problema de los mutantes en un asunto universal. Esta presentación se hizo en Giant-Size X-Men nº1 con guión de Len Wein y dibujos de Dave Cockrum. La buena acogida relanzó la serie Uncanny X-Men a partir del nº 94, pero se decidió que el guionista cambiara. En esos momentos hace acto de aparición Chris Claremont, que permanecería en la serie nada menos que 17 años. Aunque Len Wein fue el padre de los nuevos X-Men, sería Claremont el que desarrolló la personalidad de todos ellos y los sumió en tramas absolutamente inolvidables, tan bien trabadas y emocionantes que han terminado por ser objeto de culto. El dibujante Dave Cockrum, que fue el que dio forma a los personajes y a sus peculiares e individualizados trajes (frente a los del antiguo grupo, todos iguales y uniformados) abandonó la serie en el nº 107. 
                                                           Los nuevos X-Men creados por Len Wein y Dave Cockrum
Es entonces cuando entra en escena John Byrne, un brillante dibujante de origen canadiense que tradujo con eficacia los guiones de Claremont gracias a sus dinámicos dibujos de académica perfección –pocos hacían los escorzos como él- y un estilo que destilaba una mayor modernidad que la mayoría de los de sus compañeros, que se movían aún en una estética un tanto arcaica. Claremont y Byrne formarían un tándem que llevaría a los X-Men a unos niveles de popularidad y éxito de ventas impensable e inesperado, que marcaría tendencia e influiría en otras series futuras. No es de extrañar que dos de las sagas que hicieron conjuntamente: “Fénix oscura” y  “Días del futuro pasado”, hayan constituido, con relativa fortuna, el argumento principal de las películas que hasta ahora se han llevado a cabo. 
Días del futuro pasado
El éxito de Claremont se basó en el sabio equilibrio que supo imprimir a sus historias, en las que se mezclaban aventuras llenas de acción, propias del género, con una vertiente psicológica más literaria y profunda, en la que se dotaba a los personajes de una compleja personalidad, contradictoria y atormentada, que los hacía muy humanos y eternamente sumidos en una lucha interior que les abocaba en ocasiones a un estado casi depresivo. Se detecta también el reflejo de importantes temas sociales. De hecho un leitmoviv  constante en la serie es la tendencia humana al miedo y al odio irracional contra el que es diferente, propio del racismo, contra el cual los pupilos de Charles Xavier luchan desde una posición pacifista (frente al personaje de Magneto, que representa la vertiente violenta). Las consecuencias nefastas a las que puede llegar esta actitud despreciable del género humano son expuestas es la trama de “Días del futuro pasado”, donde Claremont y Byrne evocan claramente el exterminio judío por los Nazis. 
                                                   Chris Claremont (a la izquierda) y John Byrne 

En esta línea resulta ciertamente interesante el creciente papel que se otorga a las mujeres, acorde a los nuevos tiempos. Claremont y Byrne sintieron especial debilidad por los personajes femeninos, considerados tradicionalmente frágiles, desvalidos y dependientes del hombre, de acuerdo con el rol que en la sociedad machista real solía otorgarse a la mujer. Estos autores les otorgan poder, mucho poder, y las hacen fuertes moral y físicamente. En el caso de los mutantes, por ejemplo, Jean Grey pasa de apenas poder levantar una mesa con sus poderes telequinéticos a manejar la realidad a su antojo y destruir planetas. Byrne hará en un futuro lo mismo con otras féminas de Marvel como la Chica invisible de los 4 Fantásticos o la tímida Bruja escarlata de los Vengadores. Sin perjuicio de lo anteriormente dicho, es conveniente señalar, que también fueron de los primeros en explotar el potencial erótico y sensual de las superheroínas, en lo cual debemos sospechar estrategias comerciales y editoriales, puesto que la inmensa mayoría de los consumidores del producto eran hombres.
Son éstos, sucintamente, algunos de los aspectos los que en mi opinión elevan al cómic a algo más que un simple entretenimiento para convertirlo en arte. Sí, puede ser que haya en el mundo del cómic géneros más artísticos y profundos, sin un sentido tan comercial como el de los superhéroes, pero también es verdad que somos muchos los que hemos crecido y soñado con ellos y aunque quizás no sean en estricto sentido patrimonio cultural, que igual sí, al menos para unos cuantos -como el que suscribe-, forman parte de su patrimonio emocional personal.
Jorge Belmonte Bas

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La cultura del consumismo/ Vivir con menos.


«El capital quiere hacernos creer que somos lo que vendemos. Pero somos lo que regalamos» (Jorge Riechmann)
“Entre lo que sabemos y lo que podemos hacer hay una brecha que no sabemos cómo superar” (Zygmunt Bauman)
“Los huertos urbanos y los grupos de consumo llevan la soberanía alimentaria a la práctica” (Esther Vivas)

   Incluso a riesgo de generar ecofobia me aventuro con algunas reflexiones sobre ecologismo, responsabilidad ciudadana y la cultura del consumismo. Y digo ecofobia o incluso “ecofatiga”, término que utiliza con exquisito acierto Jorge Riechmann cuando hace referencia a lo que se conoce como el “ecologista coñazo” cuando la respuesta del otro interlocutor es algo así como “ya sé que nos estamos cargando el planeta pero déjame en paz que bastante tengo.”
Tomates ecológicos cultivados en un huerto urbano.
La cara del que tienes enfrente cuando hablas de reutilizar, segunda mano, cooperativismo, slow food…en ocasiones es especialmente disuasoria para que uno se replantee su discurso y abandone el empeño, no de convencer al otro de complicadas teorías apocalípticas, sino de compartir modos de vida sencillo. Pero cuando uno ha dado el paso en firme de cambiar su vida lo que más demuestra es resistencia primero para sí y luego para quitarse la vergüenza contra susceptibilidades ajenas. No se trata de sumar adeptos es una cuestión de compartir tranquilidad.
Si te levantas por la mañana y sientes que no tienes nada de que ponerte, como si algún extraño suceso hubiese aniquilado toda tu ropa de la faz de tu armario, quizá te interese este artículo. Si miras tus cosas con cierta obsolescencia programada y predices que tarde o temprano cosas que usas hoy mañana no las usarás puede que sepas de lo que hablo.
Y es que tu cabeza te susurra, primero te lo dijo la publicidad, que tu móvil está desfasado. El uso de las redes sociales exige nuevos artilugios más intuitivos y futuristas, todo es táctil y terriblemente excitante y hay que estar a la última para no quedarse atrás. Si alguien lleva un móvil anticuado hacemos obscuros juicios de valor (aunque se los neguemos a nuestra conciencia) sobre la absurda manía de nuestro amigo el cutre por no adaptarse a la tecnología.
Todo caduca rápido y la mayoría de los alimentos se envasan ocupando espacios pequeños con tres mil etiquetas llamativas que nada nos dice sobre su verdadera trazabilidad. Gastamos infinidad de plásticos para hacer una ensalada con tomates que han viajado desde lejanos invernaderos y no saben a nada. Protestamos por la crisis pero nos gusta comprar en las grandes superficies dejando a un lado a ese pequeño comercio o a jóvenes emprendedores que apuestan por lo local, por lo slow y por lo ecológico, que no viene a ser otra cosa que apostar por lo tradicional. Porque cuando acudimos a un centro comercial pensamos que de una salimos de todo y nos sentimos muy cansados para desobedecer convencionalismos o hacernos el rebelde alternativo a las ocho de la tarde cuando lo que se nos ofrece es aparentemente ahorro de tiempo y felicidad.
Semillero de un huerto urbano. 
 Sale más caro consumir ecológico dicen algunos, otros se justifican con la tan ajada falta de tiempo de la que hablabamos. Y es que las prisas verdaderamente matan, matan con el aquí y ahora, la inmediatez de las comunicaciones que hacen que estés localizable para tu jefe casi las 24 horas del día, matan esos 140 caracteres que caducan de inmediato y hacen corto lo que a veces precisa de más palabras…Pero ninguna de las escusas acerca del tiempo o del precio son del todo acertadas. Os aseguro que las cebollas tiernas del Mercadona son más caras que las que compro en un mercadillo ecológico directamente al agricultor. En muchos casos lo que verdaderamente amortigua los ánimos de los escépticos es la pura falta de información acompañada con una clara desmotivación por este tipo de asuntos. Una especie de letargo capitalista.

Estamos empachados de drama, y nos acomoda más pensar que lo que habla aquella chica sobre el ecologismo son puras excentricidades que no van conmigo, o que lo que aquel otro dice sobre el cambio climático o un mundo limitado son exageraciones cuando hay cosas más importantes en la que pensar y así justificamos nuestra propia inacción.
Pero la realidad es que todo tiene un coste ambiental, cultural y social y que además influye en nuestro bienestar personal y en nuestra salud. Y lo sabemos, otra cosa es que durante la mayor parte de nuestro agotador día queramos admitirlo.
Pero cambiar de móvil para acceder mejor a twitter tiene que ver directamente con que niños en El Congo sufran e incluso mueran por conseguir el coltán que nos da esas 18 horas de autonomía digital. Así de tremendo y así de duro es el negocio del mineral de nuestros móviles y restos de dispositivos. Igualmente comprar los tomates insípidos implica desproteger a los agricultores que apuestan por fomentar una agricultura tradicional, ecológica y amiga del paisaje. Sabemos, mucho se ha hablado de esto, ya Naomi Klein en su maravilloso libro sobre las marcas “No logo” contaba cómo las zapatillas deportivas que todos aspiramos tener están hechas a costa del trabajo malpagado y semiesclavista en otra parte del mundo. Se han seguido escribiendo libros, haciendo documentales desde 2.000, año de publicación de No Logo. Lo sabemos y no nos importa, porque nos decimos que nada podemos hacer para evitarlo.
Y nos mentimos hasta el agotamiento con una inocuidad que asusta. Llegamos incluso a estudiar carreras bonitas y excitantes y a especializarnos sobre la conservación del patrimonio o la red natura, por decir algo, y luego demostramos una absoluta incapacidad en la gestión diaria de nuestro consumo, la gestión de nuestros residuos o del propio tiempo. Somos capaces de formar toda una conciencia social que nos lleva a indignarnos con la situación de crisis, con la actitud de las entidades bancarias o los políticos, y sin embargo no renunciamos en cuanto podemos a esos caprichos de clase que nos hacen más felices. Porque de eso se trata…de la felicidad.
Y en mitad de todo este baile de ideas, un día, hace relativamente poco, leí un artículo sobre una chica neoyorkina que no producía basura desde los últimos dos años y me cambió de nuevo mi manera de ver las cosas cotidianas. Llevaba años consumiendo ecológico desde la comida a la cosmética y los productos de limpieza pero eso no me hacía más verde ni más eficiente en la gestión de mis residuos. Tenía la casa llena de embases, plagada de trastos y siempre tenía la sensación de que me faltaba algo. Al vivir tan deprisa y no tener tiempo para parar abusaba de los precocinados y no tenía miramientos para comprarme determinada prenda de ropa (fabricada y producida bajo criterios nada éticos ni ecológicos) si el día antes de salir de viaje las prisas, según mi antigua interpretación, justifican comprarme esa prenda que a buen seguro estaría en mi casa bajo otro montón de cosas perdidas. Vivía inventando necesidades a las que pintaba de verde, pero necesidades al fin y al cabo.
¿Y qué hacemos entonces? Pues os cuento lo que a mi me sirve, que no implica que sea lo que necesariamente valga para otro, mis elecciones se basan en lo que mi conciencia puede soportar. Os pongo un pequeño ejemplo, en mi caso prefiero que los huevos sean ecológicos y como mínimos camperos, veo el etiquetado de dentro y de fuera y me aseguro que ese dinero que invierto no costea condiciones indeseables para el bienestar animal. Esto lo llevo haciendo años porque la diferencia en precio entre unos huevos procedentes de gallinas enjauladas y otras en suelo no llega a ni una cerveza y teniendo en cuenta que para pedir una o dos cervezas no pongo escusas ni reflexiones profundas sobre mi capacidad económica como consumidora no voy a hacerlo para algo tan sencillo, pero entiendo que no a todo el mundo le importa cómo viven las gallinas.
Foto, tarros de cristal. La reutilización de tarros de cristal como alternativa de almacenamiento.
Desde hace algún tiempo también me intereso por su procedencia, cuanto más cerca estén las gallinas, mejor. Y desde hace unos meses si los huevos están envasados en plástico no los compro, ni los huevos ni ningún otro producto. Al menos lo intento. Estoy en proceso de aprendizaje y de adaptación para reducir los residuos que produzco. Uso cristal para guardar las cosas y apuesto por el consumo local, a granel y cooperativista. Tengo un portalimentos de acero y un termo ochentero que recuperé de mi madre para llevar las cosas cuando tengo que comer fuera. No uso estropajos de usar y tirar y hago mi propio detergente. Limpio básicamente toda mi casa con vinagre, limón y bicarbonato. Y hace meses que tampoco compro desodorante y lo hago yo misma de forma muy sencilla. Estoy ahorrando dinero, mi casa está más despejada, apenas tengo que bajar basura a reciclar, la mayoría es orgánica (lo próximo es hacer mi propio compostaje) y noto que camino más ligera por la vida.
Ejemplo de moda sostenible. Una camiseta.
Tengo un huerto ecológico en mi terraza desde hace más de un año y estoy encantada con tocar la tierra y poder consumir productos que yo misma he cultivado. La idea del huerto urbano surgió precisamente en esa búsqueda de coherencia personal con lo que predicaba y la brecha que existía con lo que realmente hacía. Estoy donando ropa, reutilizando mucha de la que ya tengo y si adquiero algún producto a partir de ahora tiene que ser bajo los criterios de comercio justo, tejidos no contaminantes y que proceda de empresas españolas que apuesten por la moda sostenible. Puede parecer muy complicado pero en realidad es todo lo contrario, se llama minimalismo, o vivir con menos.
En una reciente entrevista a Zygmunt Bauman, prestigioso sociólogo de origen polaco, Bauman se pronuncia sobre la cultura del consumismo y las relaciones personales Vivimos en la cultura del consumismo, no es ya simplemente consumo, porque consumir es totalmente necesario. Consumismo significa que todo en nuestra vida se mide con esos estándares de consumo. En primer lugar el planeta, que es visto como un mero contenedor de potencial explotable. Pero también las relaciones humanas se viven desde el punto de vista de cliente y de objeto de consumo. Mantenemos a nuestro compañero o compañera a nuestro lado mientras nos produce satisfacción, igual que un modelo de teléfono. En una relación entre humanos aplicar este sistema causa muchísimo sufrimiento. Cambiar esta situación exigiría una verdadera revolución cultural. Es normal que queramos ser felices, pero hemos olvidado todas las formas de ser felices. Solo nos queda una, la felicidad de comprar. Cuando uno compra algo que desea se siente feliz, pero es un fenómeno temporal.” 
Lechugas, perejil y otras verduras en un huerto en terraza. Alicante
Ante tanto caos consumista surge como consecuencia de la crisis todo un mercado de economía colaborativa donde compartir es la clave para acceder a los productos que necesitamos puntualmente. El trueque o el intercambio se muestra como una verdadera alternativa. Hace poco leí, no recuerdo dónde, que de los millones de taladros que existen en el mundo, eran usados de media a lo largo de su vida útil unos trece minutos. ¿No os parece absurdo?
Apostar por este tipo de economía genera sinergias participativas al igual que los huertos urbanos o de ocio en comunidades de vecinos un sentimiento de colectividad. Todo este tipo de prácticas cotidianas y sencillas, las elecciones de consumo, de reciclaje y reutilización del espacio público y de nuestros propios trastos incide directamente en el paisaje, el medio ambiente y la salud de nuestra comunidad. Y de paso, os lo aseguro, uno se siente más tranquilo, más en paz. Es una lucha contra la individualidad, contra nuestro propio ego capitalista.
Sobre el coltán y el reciclaje de móviles: 

Sobre huertos urbanos:
Sobre el artículo que leí:
El blog de su autora: http://ift.tt/1tgiUB6En inglés.
Sobre minimalismo y economía colaborativa:
Sobre Zygmunt Bauman:
  
Rosa Maria Lorente
  

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La Alquería valenciana: patrimonio agonizante

Al hablar de Valencia, no podemos evitar hablar de L’Horta valenciana, ésta ha significado durante siglos la principal forma de vida para muchos de sus habitantes. En ella, además de la conocida y desaparecida barraca valenciana, hay otros tipos de construcciones arquitectónicas características, entre las que se encuentran las centenarias alquerías. Desgraciadamente, muchas han desaparecido, otras están en vías de hacerlo, y algunas han sido restauradas. Antes de hablar propiamente de las alquerías, creo conveniente hablar del hábitat en el que se encuentran este tipo de construcciones. 

 

Fotografía del Colegio de Geógrafos de Valencia


El paisaje de l’Horta se organiza a través de una red hidráulica, que abastece una gran extensión de tierras de cultivo, que recoge el agua del último tramo del río Turia. Entre los elementos que definen su paisaje, hay que distinguir entre los naturales, como es el marjal, los llanos, el secano y sus cercanas montañas, con otros de carácter artificial, como son las acequias, los huertos y su particular partición de la propiedad basada en el minifundismo. Dentro de este paisaje se entreteje un entramado de caminos que adquieren su importancia para comunicar la capital con todos los pueblos que circundan la ciudad de Valencia, formando una verdadera tela de araña artificial. En este paisaje rural encontramos diversas formas de construcción que durante siglos han ido transformando el paisaje natural. 

Detalle del plano Terminus T.V. Tosca, 1722. Paisaje urbado cercano a la cidad de Valencia, alquerías y barracas

La palabra alquería, como tantas otras en Valencia, tiene un origen árabe (qarya), término que utilizaban para designar un núcleo de poblamiento diseminado en el espacio rural, y asociado a los sistemas hidráulicos de riego (molinos, acequias…) Tras la conquista cristiana, esta palabra comenzó a vaciarse de significado de su época islámica, pasando a designar núcleos de poblamiento reservado a los mudéjares, frente a los llocs, pobles y villes donde habitarán los repobladores. 

Sin embargo, ya desde el siglo XV la palabra alquería adquiere el significado actual: instalación rural permanente, en el que la casa está vinculada a un grupo de tierras de huerta cercanas a la ciudad. 

Es lógico que la funcionalidad de estas alquerías haya ido cambiando con el paso de los decenios, aun así, son muchas las que han sobrevivido al transcurso del tiempo, su tipología es muy variada, por lo que no puede establecerse un modelo estándar, además, recogen diferentes estilos arquitectónicos adaptados a la época en la que fueron construidas. A travéss de algunos ejemplos podemos ilustrar la problemática de estos bienes. En el tipo «palacio rural» tenemos la alquería de la Serena, del siglo XVI ( toma su nombre de la figura que rodea su escudo nobiliario, aunque propiamente posee cabeza de mujer y cola de serpiente). Cumple una doble función, dedicada a los cultivos agrícolas típicos de la zona, y de villa de recreo señorial. Situada en el término municipal de Alfara del Patriarca. El conjunto, casa principal y anejos, posee un extraordinario valor, tanto morfológicamente y espacialmente, como por constituir uno de los pocos ejemplos de arquitectura palaciega del siglo XVI en este medio. Nos encontramos frente a un singular ejemplo de palacio renacentista, donde se han abandonado las antiguas maneras, y aparecen unos esquemas nuevos en planta, unos temas nuevos de composición y unas fábricas rejuvenecidas por el manierismo y las técnicas depuradas de su construcción. Actualmente está abandonada. 

Un ejemplo de casa compacta es la alquería de Falcó, data de finales del siglo XVII, situada en el barrio de Torrefiel, en el término municipal de Valencia, su arquitectura es clasicista. Se trata de una construcción a dos aguas, que consta de dos partes habitables, la casa señorial y la de su administrador, su composición se completa con corrales y patios. Su deterioro y abandono, hace que su estado actual esté en continuo deterioro, y corre peligro de desaparecer. Por último, como ejemplo de alquería urbana, la alquería del Rellotge, situada en Massarrojos, pedanía perteneciente al municipio de Valencia. Debe su nombre a los dos relojes de sol que luce en su estructura. Se trata de una casona señorial de finales del siglo XVII, aunque a mediados del siglo XVIII sufrió una importante reforma en su fachada, con el objeto de adaptarla a la cría del gusano de la seda. Su característica principal es que su cuerpo principal tiene una doble crujía desigual, esta particularidad, la sitúa en lo que podríamos denominar un estilo arquitectónico de transición. Y es característica suficiente para garantizar su protección.

Rey M. y AA.VV, Alqueries. Paisatge i arquitectura en l’horta, Maior, Consell Valencià de Cultura, 2002, Valencia


Es evidente que en los últimos años, la sociedad ha ido adquiriendo una concienciación y sensibilidad hacia nuestro patrimonio y su puesta en valor. El objetivo es velar por la conservación y restauración de estos edificios de importante valor cultural. Una manera de conservar estos bienes patrimoniales sería dotarles de una funcionalidad, que garantice su perdurabilidad en el tiempo. Sería interesante que este tipo de construcciones volvieran a recuperar la funcionalidad para la que fueron creadas, pero soy consciente que en muchos de los casos esta opción no es viable ni realista. Así, las alquerías que están en núcleos urbanos, convendría dotarlas de servicios públicos, que garanticen su permanencia, y además, cubran las necesidades de sus ciudadanos. Pero los inmuebles que están en el medio rural, lo idealizado sería que recuperaran sus funciones originales, porque de otra forma tiene difícil su permanencia en una sociedad actual cada vez más cambiante.

Veo una  imperiosa necesidad en que las diferentes instituciones públicas tengan cada vez más, una mayor implicación en este tipo de proyectos, con el objetivo de proteger y conservar nuestro patrimonio, y no como vienen demostrando desde hace años. Un ejemplo de esta mala gestión patrimonial es el último PGOU del Ayuntamiento de Valencia, que comportará la desaparición de muchas hectáreas de l’Horta de Valencia, y con ella, entre tantas otras cosas, muchas de las alquerías que se conservan en ella, así como parte de la identidad cultural de una ciudad que aprovecha y explota actualmente de manera beneficiosa su agricultura. 

Otra vez más, la negligencia o pasividad de las instituciones así como la incapacidad para hacer cumplir la ley a los propietarios, hace agonizar al patrimonio que en contados casos sobrevive.

Carles Verdeguer Molins

Tengo curiosidad:

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El pozo Santa Bárbara: un BIC en el corazón de Turón

Si uno revisa el listado de Bienes de Interés Cultural de Asturias, se dará cuenta que algo está pasando con el Patrimonio Minero e Industrialen esta región. Algo impensable hace apenas hace dos décadas, se ha transformado hoy en la declaración de un castillete y tres pozos mineros como bienes de interés cultural. El pozo Santa Bárbara (Mieres) en 2010, el castillete de la Mina de Arnao (Castrillón) en 2011, el pozo San Luis (Langreo) en 2013 y el pozo Sotón (San Martín del Rey Aurelio) en 2014.
Castillete del pozo principal. Aspecto previo a la intervención.

Ya he tenido ocasión de hablaros sobre el pozo San Luis, que en 2013 inauguró su “Ecomuseo Minero valle de Samuño”. Ese mismo año se abre al público el “Museo de la mina de Arnao”. Que junto con el MUMI (Museo de la Minería y de la Industria) y el MUSI(Museo de la Siderurgia de Asturias), completan la variada oferta museística y cultural de la región.
Ahora le ha llegado el turno del pozo Santa Bárbara. Tras algún intento fallido, en verano de 2014 comienzan las obras de rehabilitación y consolidación del pozo turonense. Dos veces, desde el comienzo de la obras, hemos tenido ocasión de acercarnos al pozo Santa Bárbara. La primera de la mano del programa de visitas guiadas a monumentos en restauración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que en su cuarta edición incluía el pozo ubicado a orillas del río Turón. Y la segunda,hace unas semanas, gracias a la “Asociación cultural y minera Santa Bárbara”, a la que quiero aprovechar para enviar mi agradecimiento.

Pozo principal, sala de máquinas, pozo axuliar y sala de máquinas
El también conocido como Grupo Santa Bárbara se ubica en el corazón del valle de río Turón. Afluente del río Caudal, que con un marcado recorrido de este a oeste se encuadra entre los valles del Nalón y el Aller. Como explica el Decreto 7/2010, por el que se declara bien de interés cultural con la categoría de conjunto histórico, constituye un ejemplo paradigmático de explotación minera. Fundado en 1913 por la Sociedad Hulleras del Turón, alcanza su máximo esplendor en el periodo entreguerras, siendo el conjunto muy transformado en las décadas centrales del siglo XX. En 1970 entra a formar parte HUNOSA en un contexto de profunda crisis del sector. Clausurándose en septiembre de 1994 y produciéndose el cierrey abandono definitivo de las instalaciones apenas un año después.
Todo el conjunto gravita entorno a la antigua casa de máquinas, un edificio exento de planta rectangular y forma simétrica respecto a su eje transversal, con tres cuerpos diferenciados. El cuerpo central más bajo y retranqueado respecto a los cuerpos testeros occidental y oriental, algo más altos, cuya función original era albergar la antigua sala de máquinas. En el extremo oriental se ubica el pozo principal, de sección circular de 5,5 metros de diámetro y 545 metros de profundidad en once plantas. Y en el occidental el pozo auxiliar, de 550 metros de profundidad repartidos también en once plantas y 4 metros de diámetro. Sobre ellos se levantan sendos castilletes construidos en 1962, si bien no dejan de ser una modificación de los castilletes originales que son girados 180 grados para acomodarse a las nuevas construcciones que albergarán sendas casas de máquinas en la décadas de los 60. El castillete principal tiene una altura de 37 metros, y cuenta con un cobertizo sobre el pozo y el área inmediata al mismo. El castillete del pozo auxiliar tiene una altura de unos 17 metros.
Sala de máquinas y castillete del pozo auxiliar

En ambos extremos se sitúan sendas casas de máquinas. Incorporadas al conjunto tras las reformas realizadas en la mitad del siglo XX, son dos edificios de una sola planta y unos 7 u 8 metros de alto donde se creaba y transmitía la fuerza para subir y bajar las jaulas. Tras la incorporación de las nuevas casas de máquinas, se destinó el edificio central a contener oficinas, la brigada de salvamento y una subestación transformadora. El conjunto se completa con el pozo de ventilación, un pequeño edificio de planta rectangular y cubierta a dos aguas construido entre 1925-30 y reformado en 1960, cuya función era servir de generador de aire para enviar al interior de la mina. Y las oficinas y casa de aseos, un edificio de planta rectangular y tres alturas, de principio de los años 60 y que se emplaza sobre el espacio que ocupaba la vieja casa de aseos, el botiquín, las viejas oficinas, el almacén y la lampistería.
Sala de máquinas del pozo auxiliar. Fuera de la intervención.
Sin duda, la suma de los valores individuales de los elementos brevemente descritos, justifican su protección. A lo que debemos añadir su alto valor simbólico y su ubicación en el corazón de la cuenca hullera central asturiana, y el valle del río Turón. Debemos, por tanto, sentir satisfacción por la recuperación de una pieza más de nuestro complejo puzle patrimonial. Por delante se presenta la inmediata necesidad de dotar de contenido el complejo museístico, del que esperamos poder visitar en cuanto las obras estén concluidas, y seguir profundizando en los valores de este bien de gran valor cultural.
Para finalizar, y muy brevemente, me gustaría compartir algunas reflexiones sobre los aspectos más positivos y negativos de esta intervención, de los que estaré encantado de profundizar con aquellos lectores que así lo deseen. Por un lado, que duda cabe, que el simple hecho de su protección y recuperación es un aspecto positivo, a lo que hemos de incluir la implicación de los agentes locales a través de la ya mencionada “Asociación cultural y minera Santa Bárbara”, que garantiza una correcta rehabilitación y musealización del conjunto.
Otros valores culturales del valle de Turón.
Pero por otro lado, hemos de destacar, que de los elementos descritos, solo los castilletes, la antigua casa de máquinas y el pozo de ventilación son objeto de esta primera fase de las obras. Dejando el resto de elementos para futuras fases de actuación. Nos encontramos aquí, con un arma de doble filo, por un lado una nueva intervención sobre un equipamiento que ya está en funcionamiento, nos puede permitir subsanar aquellas carencias detectadas hasta el momento. Por otro, una demora excesiva en la intervención puede ahondar la perdida de valores del resto de elementos. Y finalmente, echamos de nuevo en falta una planificación previa y de conjunto sobre los amplios valores del patrimonio minero e industrial de Asturias. Así como de una percepción de conjunto de la actividad minera en un enclave como es el valle de Turón, donde no sólo se ubica el pozo Santa Bárbara, sino el pozo Figaredo, el pozo Espinos, pozo San José, el antiguo trazado del ferrocarril minero de turón, bocaminas,…y un conjunto complejo de elementos de alto valor patrimonial, que de momento se quedan fuera de la rehabilitación y la planificación patrimonial.

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